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lunes, 17 de enero de 2011

los cordobeses somos así

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La peatonal de la ciudad, escenario del ingenio y el genio cordobés.
En ocasión de las últimas elecciones que se celebraron en los Países Bajos el año pasado, y luego de varios meses de deliberación y no pocas dificultados que se tuvieron que superar para formar un nuevo gobierno, me puse a reflexionar sobre las diferentes maneras de reaccionar que tenemos argentinos y holandeses frente a los acontecimientos que nos tocan en la vida diaria. Mientras los argentinos tenemos una tendencia a exagerar los hechos, aún los más insignificantes, los holandeses absorben las noticias, las discuten tranquilamente y sin apasionamientos entre colegas o en familia, sacan sus propias conclusiones y siguen adelante con sus quehaceres diarios.

Siguiendo con estas reflexiones, luego me di cuenta que el ser demasiado apasionados es una característica que compartimos todos los argentinos. Somos apasionados en las cuestiones de la política, el fútbol, la comida, nuestros héroes nacionales. Pero qué características nos son propias a los cordobeses en particular? Cómo reconocen otros argentinos a un cordobés como tal?

Un simpático cordobés posa para la cámara en pleno centro de la ciudad. Foto de Claudia Gibson.
Somos graciosos, es lo primero que se me ocurre. Desde el momento en que abrimos la boca para hablar, los cordobeses provocamos al menos una sonrisa (a veces socarrona) en quienes nos escuchan, puesto que hablamos español con un acento muy particular. La melodía del acento cordobés tiene una cadencia lenta producto de la prolongación de la sílaba anterior a la acentuada, de manera que una frase simple como "mi amigo" se transformaría en miaaaaaaaamigo, al decirla en cordobés.

Nuestros compatriotas en el resto del país tratan (muchas veces en vano) de imitarnos, en especial cuando hacen bromas o cuentan historias o chistes que llevan un poco de color local. Y es que imitar al cordobés no es tarea fácil, ya que conlleva cualidades que son inherentes al ser cordobés, y que van más allá de simplemente copiar la fonética o la melodía que nos caracteriza.

Dos cordobesas protestan, de una forma humorística, sobre el aumento del trasporte público, luciendo el cospel que se utliza para pagar el boleto de una manera bastante creativa. Foto de Claudia Gibson.
Vemos entonces que esa habilidad para ser graciosos trasciende nuestra forma particular de hablar puesto que el cordobés posee además, la habilidad para ser terriblemente ocurrentes. Ya sea entre amigos, en la cola del banco o incluso en una ceremonia solemne, el cordobés tiene, ante cada situación de la vida diaria, una salida de humor, que es a veces simpática, a veces algo irónica y burlista, pero siempre provocadora de sonrisas.

Reflexionar sobre esta "cualidad" de los cordobeses, me hizo pensar en mi padre, que es cordobés hasta la médula. Tiene un acento cordobés muy marcado, que ni siquiera tantos años fuera de su tierra han podido borrar. De regreso en Córdoba hace ya 35 años, con mi madre han vivido en la misma casa y en el mismo barrio casi tres décadas.

Mi padre tomando mate a orillas del río Guayleguachú, en Entre Ríos.

Apreciado por los vecinos por su manera campechana de ser, mi padre es el tipo de persona que cada vez que sale a la compra, seguramente tarda el triple del tiempo normal, ya que en el camino se distrae siempre para pararse a conversar con la gente. Esta gente, son frecuentemente vecinos a los que, como buen cordobés, jamás se toma el trabajo de llamar por su verdadero nombre cuando, una vez en casa, nos pasa mi madre y a mí el reporte de sus encuentros camino al supermercado o la carnicería. Y es que además, como buen cordobés, siempre tiene sobrenombres graciosos para todo el mundo.

En general, este hábito de mi padre, me resulta divertido e ingenioso; no así a mi madre, que siempre es la que se queja de que jamás sabe de quién está hablando mi padre y le regaña a menudo, sosteniendo que no está muy bien llamar, por ejemplo, al señor G. Huevo de Heladera, o al señor S., Gallina Prolija!!

Y es que el señor G., parece pasarse buena parte del día parado en la puerta de su casa, que es donde normalmente tenemos un lugar en nuestra heladera para colocar los huevos al traerlos de la compra. En el barrio es quien siempre está al tanto de lo que ocurre, algo así como el vigilante de la cuadra, si es que me entienden lo que quiero decir!
Luego el señor S., parece tener una costumbre que ni siquiera lo hace sonrojar cuando (y no puedo creer que esté contanto ésto!), "acomoda los huevos como una verdadera gallina prolija", según explicara mi padre a mi madre en su momento, cuando ésta inquirió el por qué del sobrenombre.
También tenemos de vecino al señor Soldado mal escondido, quien tiene como seña particular, la de lucir una calva bastante reluciente - casi tanto como la de mi señor progenitor - y que recibe ese nombre, porque, estando mal escondido, se le llega a ver el casco...

Yo con mis padres en la alta montaña en la provincia de Mendoza.

Esta costumbre de mi padre de ponerle sobrenombres a todo el mundo, me ha ocasionado no poco momentos embarazosos durante mis viajes anuales a Argentina cuando, mientras estoy de visita en casa de mis padres, me encuentro con vecinos que salen a darme la bienvenida.
Todos parecen realmente contentos de verme y salen prestos a saludarme, preguntarme sobre el viaje, cómo he encontrado a mis padres, cúanto tiempo me quedaré y ese tipo de cosas... Siempre saboreo estos momentos de genuino interés que nos hace tan cálidos a los argentinos, en especial llegando de un país donde no es tan habitual el contacto abierto y directo. Pero siempre que voy caminando por la calle donde viven mis padres y veo aproximarse a alguno de mis vecinos, experimento un momento de pánico mientras trato desesperadamente de recordar el verdadero nombre del señor Gallina prolija - intentando a su vez no notar por qué mi padre le ha dado al señor S. este poco favorecedor sobrenombre. Por suerte, en Argentina es costumbre saludar a las personas con un beso... un alivio, dado el hábito tan poco decoroso del señor S.!

sábado, 1 de enero de 2011

Primer día del año ....

... con los pies en el IJssel.* 
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Primera puesta de sol del año en el Buitenwaarden Wijhe.

 Feliz Año Nuevo para todos! Espero que hayan tenido una brillante despedida del 2010 y que hayan recibido el 2011 con alegría y mucha salud!

En éste, el primer día del año y de la década y luego de un relajado almuerzo, decidimos con mi esposo salir a dar una vuelta siguiendo el curso del río IJssel y ver qué imágenes nos regalaban esta vez el invierno y la naturaleza de la zona. No hizo falta ir muy lejos de Zwolle para encontrar un bello rincón cerca de la ciudad de Wijhe.

Comparándolo con otros ríos de los Países Bajos, en el río IJssel es bastante más difícil acceder hasta sus aguas. La mayoría de las ciudades que se levantan a orillas de este río, poseen sus propias playas de arena que invitan a bajar hasta sus aguas, pero entre una ciudad y otra, es difícil acercarse lo suficiente como para poder disfrutar de él. Por este motivo, la Comisión Neerlandesa de Forestación o Staatsbosbeheer en holandés, ha destacado una serie de puntos a lo largo del curso del río en los cuales es posible llegar hasta sus aguas y disfrutar de bonitas vistas y observar la rica flora y fauna de la región.

En total, hay diez puntos llamados, "con tus pies en las aguas del IJssel" - en holandés, met je voeten in de IJssel - que pueden identificarse por los carteles indicadores como el que les muestro a continuación:

El cartel de "con tus pies en el río IJssel"que señala uno de los puntos de reacreación: De Buitenwaarden Wijhe.
Saliendo de Zwolle en coche, tomamos la N337 y a sólo 2 km al norte de la ciudad de Wijhe, dimos con el estacionamiento del Buitenwaarden Wijhe, uno de los puntos marcados por el Staatsbosbeheer.

Sin saber qué ibamos a encontrar, me bajé primero yo sola del coche con la intención de hacer un par de tomas y luego continuar viaje. Pero enseguida me di cuenta de la belleza del lugar, y llamé a mi esposo para compartir con él la vista del Buitenwaarden Wijhe, que es el nombre que recibe este punto del recorrido.

Primero divisé el terraplén o dique, sobre el que paseaban un par de personas:
Un paseo por el dique en el primer día del año.
Luego, el sol y el agua atrajeron mi atención. Las tierras de labranza o pastoreo entre los diques de verano y de invierno, suelen estar inundadas por las aguas del IJssel en esta época del año, y cuando las temperaturas bajan varios grados bajo cero como ha sido el caso durante las últimas semanas, se forma una capa de hielo sobre la superficie.

Cuando el sol brilla, los cielos holandeses se transforman en bonitas acuarelas.
Al inicio de la senda peatonal y bicisenda, encontré un cartel informativo en el que se describía el ecosistema de la región y también avisté un típico molino en la distancia; nada más holandés que estas imágenes: educativo y bucólico.

Las tierras semicubiertas por el agua del río y de las lluvias y un cartel informativo sobre De Buitenwaarden.

Un típico molino en la distancia, visto desde el terraplén del Buitenwaarden Wijhe.

Me fascinaba el efecto de la luz del sol en el hielo formado sobre las aguas del río IJssel:

El hielo sobre las aguas del río, parecía casi una pintura abstracta.
Luego de pasar allí un rato y como estaba ya poniéndose más frío, volvimos al coche y continuamos avanzando sobre la N337 (el IJsseldijk) y paramos un poco más adelante, donde encontramos otro lugar en el que era posible acercarse al agua.
Toda la zona de la ribera del río IJssel es el hábitat de innumerable cantidad de aves.

Algunas de ellas hacían el último vuelo del día, mientras se acercaba la puesta del sol:


Y otras preferían pasear valientemente cerca de la fotógrafa:

Continuamos haciendo fotos del río y las aves, disfrutando de los últimos rayos de sol de la tarde:


Finalmente, aproximadamente a las 16:35 de la tarde de este primer día del año y de la década, vimos el sol ponerse tras un manto de nubes, sobre el río IJssel - ya era hora de regresar a casa:

La puesta del sol en un hermoso lugar a orillas del río IJssel, cerca de la población de Den Nul en la provincia de Overijssel.


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*traducción de "met je voeten in de IJssel", el nombre de la ruta recreativa trazada por la Comisión de Forestación Holandesa a lo largo del río IJssel.

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