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Estamos otra vez en otoño - y se nota! Los días son ya mucho más cortos, el cielo no siempre se ve brillante y con nubes de algodón, sino más bien gris y apagado, aunque excepcionalmente por estos días, hemos disfrutado de cielos hermosos, como éstos de Utrecht, que nos muestra Alison en su blog.
Los paseos por el bosque de Westerveldsebos cerca de casa, adquieren un encanto particular durante el otoño. Con mi marido inauguramos recientemente la temporada de búsqueda de hongos en este bosque. Miren el tamaño de este ejemplar!
Mi marido colocó sobre él una moneda de 25 centavos de Argentina que siempre lleva encima, para dar una idea de su tamaño.
Este otro, me recuerda a los enormes sombreros que a veces luce la princesa Máxima en enventos como el de la apertura del Parlamento, en Prinsjesdag ...
Otro signo que delata la llegada del otoño por aquí, es la aparición de pequeños puestos de venta de productos de granja al costado del camino. Los sábados, mientras vamos camino a y desde el club de tiro donde mi marido practica, frecuentemente vemos estos puestos instalados por los granjeros de la zona:
En Argentina, solía pasar largas temporadas en el campo de mis abuelos, pero nunca vi estos puestitos a lo largo del camino, donde los dueños del campo, ofrecieran sus productos a los pasantes.
Cada vez que veo imágenes como éstas aquí en Holanda, no puedo evitar pensar si la gente realmente deja su pago por la mercadería o si se olvidan de hacerlo; y en caso de los que sí dejan su pago, me pregunto también si el dinero llega a manos del granjero o si los transeúntes se llevan algunas monedas de souvenir junto a la calabaza o los zapallitos para la sopa o la tarta del domingo?
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