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viernes, 30 de diciembre de 2011

Tradiciones para celebrar el Año Nuevo

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Sólo un día más y estaremos ya despidiendo el 2011 y dándole la bienvenida a un Año Nuevo. Tal como mencionaba en mi entrada anterior en este blog, nuestra celebración de fin de año tendrá un perfil bajo. Nada de fiesta hasta las tantas de la madrugada ni tampoco recibiremos el 2012 en alguna brillante ciudad europea.

De todas formas, por más tranquilas que sea nuestra celebración de Año Nuevo, hay un par de tradiciones que nos gusta repetir cada vez. Todos los años con mi marido vamos en busca de un árbol de Navidad - uno "de verdad". Esto es algo que nunca hice mientras vivía en Argentina, ya que allí no es habitual que se vendan pinos en los viveros para las fiestas. También seleccionamos, dedicamos y enviamos tarjetas de Navidad para saludar a amigos y conocidos. A la vez, las salutaciones que recibimos en casa, las exhibimos a manera de decoración navideña en la sala.
Otra cosa que no nos puede faltar es el tradicional pan dulce o panettone y este año en lugar de comprarlo a un precio algo excesivo (ya que es importado de Italia), hemos hecho nuestra propia versión siguiendo una receta que nos pasó mi tío durante nuestras vacaciones en Córdoba. Si no es posible conseguir o amasar nuestro panettone, la alternativa igualmente rica es la del kerststol, que es una versión neerlandesa siguiendo la misma idea - un pan dulce con frutas abrillantadas y relleno con una pasta de almendras que se llama amandelspijs.
También este año tendremos en nuestra mesa los ricos turrones que compré en Córdoba y que a pesar de ser varios y de distintos tipos, sé de antemano que no durarán mucho tiempo, ya que el turrón es uno de los dulces favoritos en esta casa.
Esta postal está hecha con algunas de las tarjetas que recibimos este año.
Además de estas cosas ricas,existen dos tradiciones que mantenemos en casa durante la Nochevieja, es decir, el 31 de diciembre y que provienen cada una, de cada lado del Atlántico: oliebollen y las doce uvas.

Oliebollen, que en neerlandés significa literalmente "bolas de aceite", son unos buñuelos tradicionales que son muy populares aquí en los Países Bajos en esta época del año. Normalmente están hechos con harina, huevos, leche, sal, polvo para hornear y levadura; se fríen en aceite y luego se los cubre con azúcar impalpable antes de servir. La receta es bastante sencilla, pero por suerte durante la época de las fiestas, aparecen puestos de ventas de oliebollen por todo el país. El 31 de diciembre siempre hay una larga fila de gente esperando frente a estos puestos para llevarse a casa estos buñuelos típicos de Año Nuevo.

Un puesto de oliebollen en el centro comercial de mi barrio.
En cuantoa las doce uvas de la buena suerte, es una tradición que traje conmigo desde Argentina, y que a su vez, mis abuelos llevaron hasta allí desde su España natal. Cuando comienzan a sonar las doce campanadas a la medianoche, marcando el inicio del Año Nuevo, la tradición consiste en echarse una uva a la boca por cada campanada, que a su vez representa cada mes del nuevo año. Hay quienes toman trece uvas incluso, siendo la uva extra "para la buena suerte". A veces representa todo un desafío tomar las doce uvas a tiempo junto con las campanadas del Año Nuevo y hay que tener mucho cuidado de no ahogarse sin remedio entre tanta uva y saludos, besos y abrazos con los familiares y amigos que nos rodean.
Oliebollen y las doce uvas, listas para celebrar el Año Nuevo.
Qué tradiciones de Navidad o de Año Nuevo son las que mantienen en tu casa?Acaso llevar alguna prenda de determinado color, hacer un brindis especial, besar a quien esté al lado o cantar Ald Lang Syne...? 


Para todos los que visitan este blog les auguro un muy feliz comienzo de este 2012!  Feliz Año Nuevo!

jueves, 22 de diciembre de 2011

Felices Fiestas!

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Ya de regreso en casa, aquí en los Países Bajos y a pesar de llevar ya unos días aquí y de ir despacio tratando de volver a la normalidad, mi "chip" neerlandés está funcionando a un 85%. Aún me cuesta pensar en neerlandés y la mayoría de las veces cuando me dirigen la palabra en este idioma, automáticamente mis respuestas salen disparadas en español o incluso italiano, que es mi lengua "de repuesto", por llamarla de algún modo.

Cómo van esos preparativos para estas Fiestas? Nuestra celebración de Navidad y de Año Nuevo este año tendrá un perfil bastante bajo. Con mi marido estaremos en casa tranquilos disfrutando el ambiente navideño la mayor parte del tiempo y también visitaremos algunos amigos para compartir lekkere dingen (cosas sabrosas) típicas de esta época del año. Nada demasiado agitado ni de viajes por lo que resta de este año y hasta el 2012.

Normalmente en esta época del año suelo sentirme algo decaída de ánimo debido mayormente a que estoy siempre casi recién llegada desde mi larga estadía de dos meses en Argentina y la readaptación cuesta bastante, sobre todo por estar nuevamente lejos de los míos. Además llego siempre del calor del verano cordobés y días de sol implacable a un invierno holandés que casi siempre es oscuro (es la época de los días más cortos del año), gris y lloviznoso, lo cual no ayuda mucho a levantar el espíritu.
Aún así, me encanta la estación de las fiestas y todo lo que supone: la decoración dentro y fuera de casa, la buena disposición en general de la gente alrededor, las pequeñas tradiciones. Poco a poco consigo encontrar mi espíritu navideño y me dispongo a celebrar estas Fiestas con alegría y agradeciendo tantas cosas buenas que me han tocado a lo largo del año.

Antes de cerrar quisiera agradecerle a todos los que pasan siempre a leer este blog y también a los que llegan a él por casualidad. Les deseo que tengan una hermosa Navidad y que el Nuevo Año se inicie con mucha fuerza y ganas de hacer y lograr cosas buenas.

Felices Fiestas para todos!
Una vez más me gustaría compartir con ustedes el saludo recibido de mi amigo Nicolás, quien grabó este vídeo mientras patinaba por la ciudad donde vive, Rosario, en Argentina. Espero les guste!

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mientras tanto, al otro lado del Atlántico....

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Han pasado ya tres meses desde la última vez que escribí algo en mis blogs. En ese ínterin, me la he pasado viajando y disfrutando de la compañía de amigos y familia y sinceramente, no se me ocurre mejor manera de pasar el tiempo.

Este año he tenido la suerte de viajar bastante. Primero, con mi marido pasamos unos días inolvidables en Andalucía, en el sur de España, visitando Córdoba, Granada y Málaga. Más tarde, nos tomamos unos días de descanso en la bella región de las Ardenas en Bélgica, un lugar en el que nunca había estado a pesar de no quedar tan lejos de donde vivimos. En el verano, pasamos unos días inolvidables navegando por el mar Egeo, visitando algunas de las islas del golfo Sarónico. Luego en el mes de agosto, mis padres vinieron desde Argentina hasta Holanda para pasar dos meses con nosotros, y con ellos visitamos muchísimos lugares dentro del país, además de escapadas cortas a Alemania y Bélgica.

Mis padres durante la visita al Museo del Mar del Sur aquí en Holanda.
Ahora el momento más esperado del año para mi marido y para mí ha llegado, y estamos al otro lado del Atlántico para nuestra visita anual a nuestra familia y amigos en Argentina. Llegó finalmente el momento de verlos a todos y recibir de vuelta el calor y el cariño de nuestra gente compartiendo momentos que luego nos mantienen enteros y esperanzados durante el resto del año al regresar a Holanda.

Siempre siento un poco de pena al dejar este país algo chato del hemisferio norte justo cuando allí comienza la estación del otoño. Este año al parecer, el otroño está siendo bastante benigno y se ha presentado con unos colores y una luz fantástica, a juzgar por las preciosas fotos que he visto en el blog de Alison, "A Flamingo in Utrecht" (en inglés). Aquí les muestro algunas de las fotos que Alison ha tomado en la ciudad de Utrecht recientemente:

Vista otoñal en el canal Oudegracht en Utrecht. ©Alison Netsel
La niebla está siempre presente en los otoños neerlandeses. ©Alison Netsel
Luz otoñal sobre la torre del Dom de Utrecht. ©Alison Netsel
Pero a la vez, la belleza de la primavera que ha estallado de este lado del Atlántico y por aquí por el sur del hemisferio sur, compensa la falta del otoño neerlandés.  Es en esta época del año cuando el bello jacarandá, un árbol típico de nuestra tierra, se cubre de un manto precioso de color azul / malva. Justamente en estos días estuve admirando estos árboles a través de las fotos que Diego, del blog Contacto con lo Divino, tomó en la ciudad de Buenos Aires. Con la generosidad que siempre lo caracteriza, Diego me ha permitido compartir aquí algunas de esas fotos:

Jacaranda en Buenos Aires 006
Jacarandás en flor en los parques de Buenos Aires. ©Diego Bianchi

Jacaranda en Buenos Aires 023
Una hermosa luz se filtra a través de las flores de jacarandá en una calle de Buenos Aires. ©Diego Bianchi

Jacaranda Parte II
Vista de la avenida 9 de Julio en Buenos Aires. ©Diego Bianchi
Aún me quedan tres semanitas más para disfrutar mis vacaciones en Argentina, durante las cuales espero poder visitar rincones especiales de mi país para luego compartir aquí en mi blog.

Hasta la próxima!

miércoles, 10 de agosto de 2011

Córdoba: la peatonal

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Peatonal de la ciudad de Córdoba, Argentina.

"El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres meros actores.... ", dice el refrán, y cada vez que camino por las calles del área peatonal en Córdoba, pienso en esta célebre cita de Shakespeare. Si buscamos un lugar de La Docta que se parezca a un escenario gigante donde se puede ver el drama cotidiano de la vida en una ciudad como si estuviéramos sentados en la platea de un teatro, ese lugar es sin duda alguna, la peatonal.

En Córdoba, la peatonal es el centro comercial de esta concurrida ciudad. A lo largo de las calles 9 de julio, Rivera Indarte/Obispo Trejo y Dean Funes, se pueden encontrar elegantes galerías comerciales, importantes cadenas de tiendas y pequeños negocios y boutiques donde se encuentra de todo - desde botones y cintas en una mercería hasta electrodomésticos y electrónica pasando por toda la gama de la indumentaria, perfumerías, joyerías, disquerías y bombonerías.

Tradicional zapatería de calle 9 de Julio en la peatonal.

Si después de hacer una recorrida por las tiendas nos sentimos cansados y necesitando comer o tomar algo para reponer fuezas, también encontraremos aquí en la peatonal numerosos cafés donde podemos relajarnos un rato y disfrutar de un rico café con las típicas dulzuras cordobesas. Un buen ejemplo es el café Havanna en Rivera Indarte 73,donde se pueden saborear los ricos alfajores Havanna. También hay algunos restaurantes o bares que ofrecen algo más que un refrigerio o dulzuras y donde se puede almorzar o comer algo más sustancioso. Una opción es el tradicional El Quijote Bar (Vélez Sarsfield 73) donde recomiendo probar los clásicos carlitos o sandwiches de miga tostados; y para una comida más completa podemos recurrir a la Trattoría Il Gatto en General Paz 120.

La peatonal, por calle Obispo Trejo.
Pero lo que hace que la peatonal se asemeje a un escenario donde la vida transcurre a todo color día a día son los mismos cordobeses que pueblan sus calles, no como meros transeúntes sino como los actores en un drama urbano.
Qué cordobés no ha pasado parte de su vida recorriendo la peatonal, quién no conserva recuerdos de encuentros, eventos o anécdotas que se hayan desenvuelto en este rincón tan importante de la ciudad?
Siempre hay música en la peatonal. Foto: Claudia Gibson

Recién llegada a la ciudad con mis 10 años y con los ojos llenos de asombro, solía caminar por la peatonal con mi madre,tratando de grabar en mis pupilas todo el espectáculo que se desplegaba ante mí: el bullicio de la gente, las tiendas y los vendedores ambulantes ofreciendo todo tipo de cosas - frutas, relojes, despertadores, mascotas, camisetas de clubes de fútbol, cubanitos y garrapiñada, juguetes... una mezcla colorida de gente, aromas y sonidos que han permanecido en mi memoria todos estos años a pesar de vivir al otro lado del mundo.
Vendedor ambulante de calle 9 de Julio.

Vendedor de pralines y garrapiñadas en calle 9 de Julio.

Las cosas no han cambiado mucho en esta parte de la ciudad. Los vendedores ambulantes con sus puestos están aún allí, veinte o treinta años márs tarde, aunque su proliferación ha provocado no pocos conflictos con las autoridades municipales y con los comerciantes de la peatonal. Pero su mera presencia, los convierte en personajes recurrentes en este drama urbano que se desenvuelve en La Docta. Muchos de ellos se instalan en la peatonal día tras día, y sus nombres e historias son ya conocidas por los cordobeses.
Pero aquellos personajes que conocí en mi infancia, han desaparecido ya hace mucho tiempo, como el trío de cieguitos que solían tocar música folklórica y vendían billetes de la lotería en la peatonal. La imagen de sus caritas arrugadas y el sonido de sus voces permanecen en nuestro recuerdo.
Algunos de los personajes que hoy pueblan la peatonal. Fotos: Andrea Orozco.
Otro de estos personajes famosos del pasado cordobés fue Jardín Florido, un caballero galante que, desde la tradicional esquina de las calles 9 de julio y Rivera Indarte, saludaba a las mozas (y no tan mozas) que pasaban regalándoles elogiosos cumplidos. Iba siempre vestido de frac y galera luciendo en la solapa un ramillete de flores, detalle que le valió el apelativo por el que pasó a ser leyenda popular en La Docta.
Jardín Florido regalando sus piropos a las damas en en centro de la ciudad. Foto: Wikipedia
En nuestros días, la peatonal continúa siendo el epicentro de la ciudad, donde los cordobeses se citan, compran, se encuentran por casualidad y hacen un alto para tomar un café. También es el lugar elegido por los estudiantes (en especial los estudiantes secundarios) para hacer algo de tiempo entre clases o después del colegio.
Así es que con mi amiga Adriana, compañera del colegio 25 de Mayo al que asistía, solíamos caminar por las calles de la peatonal hasta el kiosco de sus abuelos situado sobre Rivera Indarte, muy cerca del actual Paseo de las Flores. Allí nos quedábamos charlando con ellos y comiendo algo, hasta que era la hora de volver para nuestra clase de gimnasia. 
Paseo de las Flores, Peatonal de Córdoba.

También con Marcela, otra amiga y compañera del colegio, solíamos recorrer la peatonal cuando salíamos a almorzar. Marcela iba conduciéndome y sorteando obstáculos y peatones mientras yo leía y traducía para ella novelas en inglés como Rebecca, Jane Eyre o El rey del castillo, ya que nuestra avidez por saber cómo continuaban estas historia románticas, no permitía tomarnos una pausa y yo debía seguir con la lectura aún a riesgo de ser arrollada por otros transeúntes o llevarme un poste por delante...

Aún recuerdo una vez que con mi prima Gloria paramos en la peatonal para escuchar a los cieguitos que tocaban un vals y para nuestra sorpresa, un trabajador de la compañía telefónica se descolgó de un poste a nuestro lado y nos invitó a bailar... Entre divertidas por el gesto y tímidas por lo concurrido del lugar, ninguna de las dos aceptamos, pero sin duda es una anécdota difícil de olvidar.



El bullicioso centro de Córdoba con su peatonal, se transforma todos los días en un escenario viviente con personajes, vendedores, turistas y transeúntes que pueblan sus calles desde las primeras luces del día hasta el anochecer. La peatonal nunca permanece callada o completamente quieta - y es nuestra, de los cordobeses.

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Muchas gracias a Claudia Gibson y Andrea Orozco por permitirme usar sus imágenes.

martes, 28 de junio de 2011

ALFAJORES CORDOBESES

Dulzuras de mi tierra cordobesa
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Hoy tengo una recomendación para hacerles: si algún colega del trabajo, algún vecino, tu mejor amigo o incluso una cierta bloguera conocida te comenta que viajará de vacaciones a Córdoba (la de Argentina, aunque en su defecto puede ser -como ya veremos- la de Andalucía también) y se ofrece a traer algún suvenir desde allí, recuerda pedirle alfajores - me lo agradecerás!

Qué son los alfajores?

El alfajor es un dulce o golosina tradicional que se hace uniendo dos o más galletas (o masitas, como le llamamos en Argentina)con un relleno dulce, que puede ser o bien dulce de leche, o alguna mermelada de frutas o incluso una mousse.
Según de dónde procedan, la confección de los alfajores varía de región en región al igual que el relleno y la cobertura que llevan: algunos son bañados en chocolate, otros llevan un glaseado azucarado e incluso otros llevan simplemente un espolvoreado de azúcar impalpable. Hay alfajores para todos los gustos y son, sin duda, una de las golosinas más populares en Argentina. 

Alfajores de maicena de "The Baker's Dozen", el microemprendimiento de una amiga en la ciudad de Córdoba. Para información de contacto, ir al final del post.
De dónde viene el alfajor?
El alfajor hizo su entrada en España en los tiempos del poderío musulmán y del reino de al-Andalus (entre los años 711 y 1492 para ser exactos). La influencia árabe en la cultura y sobre todo en la cocina española continúa viva hasta nuestros días y prueba de ello es la vigencia del alfajor, que es un manjar aún presente en la repostería española.

La increíble mezquita de Córdoba, vestigio de la grandeza de la cultura musulmana en el sur de España.
 Desde España, el alfajor viajó con los conquistadores y luego con los colonos y fue en los conventos de las Américas donde se preservaron las recetas de esta rica golosina, aunque adaptándolas dada la falta de algunos ingredientes o a los gustos locales.

El alfajor en Argentina:

Fue precisamente en Córdoba donde la fabricación del alfajor se industrializó en Argentina. Allá por el año 1860, el químico francés Augusto Chammás que estaba radicado en Córdoba ya desde hacía unos 20 años, estableció una pequeña fábrica familiar para producir lo que hoy conocemos como el típico alfajor cordobés. Personalmente, creo que los alfajores Chammás son los mejores alfajores que se fabrican en Córdoba.


Por nuestros días, el alfajor se come a lo largo y a lo ancho de todo el país, y cada región tiene su versión propia - todas riquísimas! Todos los centros turísticos en Argentina tienen sus alfajores propios y si uno va de vacaciones a las sierras de Córdoba, a Mar del Plata o Bariloche, debe regresar con las cajas de alfajores de rigor para regalar a familiares y amigos.

El mejor alfajor: el cordobés:


Como buena argentina, no puedo dejar pasar la oportunidad de alardear diciendo que los alfajores cordobeses son los mejores! Pero sinceramente, en lo que respecta a alfajores, debo confesar que prefiero este tipo de masa aireada y liviana que se desmigaja con facilidad. Además los alfajores cordobeses en su mayoría (de todos los que he probado) saben a dulces hechos en forma artesanal en lugar de tener ese gusto a golosina fabricada en serie, como los de otros alfajores que se pueden comprar en los kioscos o en el supermercado en Argentina.

El clásico alfajor cordobés está hecho con dos capas de una masa liviana y dulce que "abraza", por así decirlo, el dulce relleno que lleva en el medio, que por lo general puede ser un dulce de higos, membrillo o damasco y por supuesto, el tradicional e infaltable dulce de leche. Luego por lo general, el alfajor cordobés lleva una blanca cobertura azucarada o simplemente, se lo espolvorea con azúcar impalpable. Riquísimos!

El desafío:

Una vez más ha sido Katie, autora del blog Seashells and Sunflowers, la que tuvo la idea para un post grupal acerca del alfajor en Argentina y el desafío concreto de preparar cada participante un tipo de alfajor regional distinto.

En esta ocasión participaron del desafío, además de la que suscribe, las siguientes blogueras:

Katie, del blog Seashells and Sunflowers (en inglés)
Ana, del blog Ana's Travels (en inglés)
Meag, del blog A domestic disturbance (en inglés)
Rebecca, del blog From Argentina With Love (en inglés)
Paula, del blog Bee My Chef (en español)

Los invito a visitar estos blogs y ver las otras recetas de los exquisitos alfajores regionales de Argentina!

Y aquí les dejo entonces, la receta de los alfajores que me tocaron preparar a mí:

ALFAJORES CORDOBESES

Ingredientes: (esta receta rindió para unos 20 alfajores de unos 4 cm de diámetro más o menos)

200 gramos de azúcar impalpable
6 yemas
50 gramos de manteca derretida
ralladura de 1 limón
150 gramos de harina común
1 cucharadita de polvo para hornear

para el glaseado:

3 cucharadas de azúcar impalpable
 1 clara de huevo
75 cc. de agua
jugo de 1/2 limón


Preparación:

  1. Batir las yemas con el azúcar sobre un baño María (tibio, no caliente)  hasta conseguir una mezcla espumosa.
  2. Agregar la manteca derretida, la harina, el polvo para hornear y la ralladura de limón; luego mezclar hasta unir todos los ingredientes y obtener una masa lisa y suave. Si la masa está muy húmeda, agregar de a poco un poco más de harina, de modo que luego se pueda despegar del bol y manejar con más facilidad (la mezcla debe ser un poco húmeda). Formar con la masa dos bollos iguales, envolver en film transparente y colocar en la nevera por lo menos durante 30 minutos.
  3. Precalentar el horno a unos 160/170 grados centígrados. Tomar la masa de la nevera y sobre una superficie enharinada, trabajarla con un palo de amasar hasta lograr un espesor de aprox. 1/2 cm. Cortar la masa en círculos de unos 4 cm usando un cortapastas, o el borde de un pocillo de café.
  4. Colocar los discos obtenidos sobre una placa para horno cubierta con papel para hornear. Hornearlos durante unos 10 u 11 minutos, o hasta que estén secos pero sin dorar. Sacarlos del horno y dejarlos enfriar bien. 
  5. Una vez fríos, distribuir el relleno elegido sobre un disco y colocar otro disco encima. Presionar un poco cuidando de no romper las tapitas, para que el relleno se extienda bien sobre la masita. Repetir el proceso hasta usar todas las tapitas. 
Para el glaseado:


  1. Batir la clara con el azúcar impalpable durante unos 10 minutos, hasta obtener una crema espesa.
  2. Preparar un almíbar colocando el azúcar común en una cacerolita al fuego con el agua. Colocar suficiente agua como para cubrir el azúcar pero cuidar de no agregar demasiada. Agregar de a poco el jugo de limón y dejar disolver el azúcar. 
  3. Cuando el azúcar esté disuelta agregar a la preparación anterior y bañar inmediatamente los alfajores. Luego dejar secar por completo antes de servir o guardar. 

Un adelanto de los demás alfajores regionales que prepararon las otras blogueras para el desafío:
ALFAJORES MARPLATENSES, de Katie
ALFAJORES DE MAICENA, de Ana.
ALFAJORES SANTAFECINOS, de Meag.
ALFAJORES SALTEÑOS, de Paula.
ALFAJORES MENDOCINOS, de Rebecca.

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Gracias a mi amiga Claudia de "The Baker's Dozen" por permitirme usar su foto de los deliciosos alfajores de maicena.
Visita la página de "The Baker's Dozen" en Facebook y podrás ver la variedad productos de repostería artesanal que ofrecen en la ciudad de Córdoba para venta directa, eventos, cumpleaños y empresas del ramo, con entrega a domicilio en la zona centro y Nueva Córdoba. Para información y pedidos llamar al (0351) 424 8715 o escribiendo a la dirección consultasbaker@hotmail.com.

domingo, 19 de junio de 2011

Descubriendo Bélgica: cerveza Kwak

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En realidad, descubrí esta cerveza aquí, en los Países Bajos - en el bar/restaurant "De Belgische Keizer" (el emperador belga) de Zwolle, para más datos. Pero en nuetras últimas mini-vacaciones en las Ardenas belgas, paramos en la taberna/restaurant "Le Miroir" en Dochamps (provincia de Luxemburgo) para cenar, y al ver que tenían la cerveza Kwak, no pude resistir la tentación y me pedí una, mientras esperaba que nos sirvieran la cena.

La cerveza Pauwel Kwak se sirve en unos vasos muy especiales: tienen un fondo redondeado en lugar de plano y su forma tiene más de reloj de arena que de típico vaso de cerveza. El "reloj de arena" se mantiene derecho gracias a un soporte de madera que hace que se parezca más a un tubo de ensayo científico que a un implemento para servir bebidas en un bar. Desde ya que es muy original.


He degustado la cerveza Kwak muchas veces antes, pero nunca me había tomado el trabajo de averiguar sobre el origen del singular vaso con forma de probeta de laboratorio. Esta vez, apenas regresamos de las vacaciones en Bélgica y comencé a editar las fotos, decidí ponerme a investigar un poco y ver el por qué de esta forma tan singular de servir la rica cerveza.



Pauwel Kwak era el dueño de una taberna llamada "De Hoorn" (el cuerno) en Dendermonde, Flandes Oriental, que además de atender su negocio, fabricaba su propia cerveza. Las diligencias que pasaban por allí varias veces al día, hacían su parada en la taberna de Don Kwak para descansar y que sus pasajeros pudieran refrescarse y comer algo antes de proseguir el viaje. Pero por aquél entonces, los cocheros no podían dejar desatendidas las diligencias con sus caballos, por lo que no podían entrar a beber algo a la taberna junto con el resto del pasaje. Ante este problema, Pauwel Kwak, hombre de ideas, encontró una solución.
El tabernero hizo fabricar un vaso especial, de fondo redondo y cuello afinado, que evitaría que el vaso se tumbara al estar sobre la diligencia, y que además podía colgarse de un soporte de madera que lo mantedría derecho. De esta forma, los cocheros podían calmar su sed bebiendo la rica cerveza fabricada por Kwak, sin dejar sus diligencias y los caballos desatendidos.


En nuestros días, la cerveza Kwak se elabora de la misma manera que se hacía en los tiempos de Pauwel Kwak, respetando la tradición de servirla en el típico vaso "kwak". Pero, y qué tal está de sabor? Yo no conozco demasiado de cervezas, pero puedo decirles que, al igual que muchas otras cervezas belgas que he probado en otras ocasiones, la Pauwel Kwak es deliciosa. A la vista tiene un color ámbar profundo y claro, con una espuma cremosa y abundante. El aroma es suave, de frutas con algo de hierbas. Al tomar el primer sorbo, se siente primero un tenue sabor a fruta - tal vez bananas o ananás y luego es dulce - sabe un poco a salsa de caramelo. Al tragar, siempre queda un gustito algo especiado y amargo - riquísimo.


Pauwel Kwak es una cerveza belga tradicional con una curiosa historia en su origen, allá por los tiempos de Napoleón. Original y lekker (deliciosa) - definitvamente a la cabeza en mi lista de cervezas favoritas.

viernes, 10 de junio de 2011

Recorriendo Zelandia: La barrera del Oosterschelde u Oosterscheldekering

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Pilones y compuertas de la barrera del Oosterschelde en la provincia de Zelandia.
En su discurso de inauguración de la barrera del Oosterschelde el 4 de octubre de 1986, la reina Beatriz dio por concluídas las obras del Plan Delta en los Países Bajos. Diez años más tarde el 10 de mayo de 1997, volvería a hacerlo al inaugurar el dique de Nieuwe Waterweg. No importa en realidad cuántas veces haya que repetir que las obras han sido completadas: lo que cuenta es que en los Países Bajos se ha logrado definitvamente controlar la fuerza del mar - o al menos ésto es lo que necesitamos creer quienes confiamos en aquéllos que tienen a su cargo la supervisión y el manejo de los diques y barreras de contención en este país.

Con un 60% de su superficie bajo el nivel del mar, los Países Bajos es conocida mundialmente por el Plan Delta, una serie de proyectos monumentales de ingeniería destinados a proteger el delta formado por la desembocadura de los ríos Mosa-Rin-Scheldt - una zona costera demasiado vulnerable frente al poderío del mar. Desde el momento en que llegué a este país, decidí que tenía que ver con mis propios ojos estas ingeniosas obras de ingeniería.
Así fue entonces que, durante nuestras vacaciones en la provincia de Zelandia allá por la primavera del 2009, la visita a la Oosterscheldekering o Barrera del Oosterschelde se convirtió en prioridad número uno.

La Oosterscheldekering o barrera de contención del Oosterschelde en Zelandia.
Así se ve la barrera del Oosterschelde desde el aire, en Google Maps:





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La construcción de esta barrera de contención costó la espectacular suma de 2,5 mil millones de euros; pero más espectacular aún es lo que supuestamente se logró con esta obra: que las probabilidades de una inundación destructora como la sufrida en 1953, se redujeran a una cada ... 4.000 años!

Conduciendo sobre la carretera a lo largo de la barrera del Oosterschelde.

Alternativas para la construcción de la barrera del Oosterschelde:

El plan original para el Oosterschelde era la construcción de un dique de cierre común y corriente. Pero aún cuando la prioridad principal era la seguridad de la población de la región, surgió la preocupación por la estabilidad del ecosistema del delta y numerosas voces se hicieron oír oponiéndose al plan de cerrar por completo la desembocadura del río Oosterschelde. La alternativa a este tipo de obra sería entonces la construcción de una barrera con pilones y compuertas que permanecieran abiertas, pero que pudieran ser completamente cerradas en caso de amenaza de inundación.
A su vez este plan se encontró con numerosas objeciones, dado que su construcción demandaría una cifra astronómica por la superficie total de la barrera que debería levantarse. Finalmente se llegó a un compromiso y se decidió la construcción de dos diques de cierre auxiliares (el dique Philips y el dique Oester) que reducirían la superficie total de la barrera a la vez que permitirían un mejor control del movimiento de las mareas. El nuevo plan incluía además la construcción de una ruta marítima libre de mareas entre la ciudad de Amberes y el río Rin.

Haciendo una inspección de la barrera de Oosterschelde.

Reserva natural del Oosterschelde:

El paisaje marino y terrestre así como la biodiversidad del Oosterschelde son bastante únicos, gracias a la rica variedad de especies de peces, plantas acuáticas y algas. La reserva es un lugar favorito para cientos de variedades de aves que buscan allí su alimento y eligen el Oosterschelde para su hibernación.
Toda esta riqueza natural habría desaparecido si se hubiera llevado a cabo el plan original de cerrar la boca del Oosterschelde por completo y además, la industria de cultivo de ostras y mejillones se habría visto severamente afectada con terribles consecuencias económicas para la región.
Afortunadamente, la alternativa elegida para la construcción de esta espectacular obra de ingeniería parece haber resultado exitosa hasta ahora: no sólo mantiene bajo control el nivel de la marea y previene un desastre por inundación, sino que además, favorece la conservación de la fauna y flora marítima y terrestre de la zona.

La barrera del Oosterschelde es una obra que debe ser visitada por culaquiera que desee conocer más a fondo este país y su gente. Los típicos molinos de viento, los zuecos de madera, los quesos y los tulipanes, podemos llevarlos de regreso a casa como suvenirs de nuestras vacaciones, pero los ingeniosos trabajos de ingeniería como el Oosterschelde sólo pueden apreciarse en su total magnitud viéndolos in-situ. Estando en el lugar sólo queda abrir bien los ojos, tratar de comprender los alcances de tamaña obra y aprender de la experiencia de este pueblo que no se ha dejado vencer por la adversidad.

Una forma entretenida de aprender más sobre el Plan Delta y la vida marina de Zelandia es visitar el parque acuático Neeltje-Jan, construído sobre una isla artificial en el Oosterschelde. El parque cuenta con un centro educativo donde se realizan numerosas actividades y además, cuenta con muchísimas atracciones como por ejemplo un simulador de huracanes, un teatro de leones marinos y muchas cosas más para que tanto grandes como chicos se diviertan y aprendan a la vez. En su sitio web (en inglés, holandés y alemán) se puede obtener toda la información necesaria para planificar la visista.

Una placa ubicada en uno de los extremos de la barrera de contención se puede leer la siguiente inscripción:

"Hier gaan over het tij, wind, maan en wij."
(aquí influyen sobre la marea, el viento, la luna y nosotros)

martes, 17 de mayo de 2011

Receta de Budín de Pan: historia de una ida y una vuelta

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Hace algunas semanas, Katie -autora de Seashells and Sunflowers- lanzó en su blog el Concurso de Recetas Argentinas [Argentine Recipe Contest] y se me ocurrió participar con una receta de budín de pan al caramelo, un postre que es muy popular en el recetario de cocina argentina. Desde que me mudé a esta parte del mundo preparo el budín de pan con esta receta, en especial en esos días en los que me siento un poco nostálgica por las cosas de mi país... Pues bien - parece que a Katie le gustó la receta porque fue elegida como finalista para el concurso!!

Mientras leía su post y miraba sus fotos del rico budín de pan, me dio por pensar en el largo camino que ha recorrido esta receta: vino conmigo desde Argentina a Holanda cuando me mudé aquí siguiendo los dictados de mi corazón; y ahora regresa a su lugar de origen, donde Katie se mudó hace algún tiempo desde Estados Unidos, también por amor!

Para los que me pidieron la receta del budín de pan cuando publiqué mi post sobre las comilonas que organizamos con mis amigas Elena y Mónica -Argentinas en Quesilandia- aquí tienen el enlace al post que acaba de publicar Katie -en inglés- con la receta del budín de pan. Para los que prefieren tener la receta en español, aquí se las dejo, tal como aparece publicada en el libro de recetas, Así cocinan los argentinos*:

BUDIN DE PAN:

Ingredientes:

2 tazas de migas de pan oreado, cortado en cubitos chicos * 2 tazas de leche hirviendo * 3 cucharadas de azúcar *  3 huevos batiods * pizca de sal y ralladura de limón o esencia de vainilla * pasas de uva sin semilla, a gusto.

Preparación:

Poner en un tazón las migas y volcarles encima la leche hirviendo. Empaparlas bien y deshacerlas con un tenedor o pisa-puré. Batir los huevos ligeramente con el azúcar y la pizca de sal (no necesitan estar espumosos) e incorporar a las migas con las pasas de uva, en la cantidad preferida, y la vainilla o ralladura de limón. Se pone luego la mezcla en un molde para budín, acaramelado previamente, y se lleva a horno suave por espacio de 1 hora. Desmoldar una vez que enfrió totalmente y servir. Puede acompañarse con una salsa de caramelo, que se prepara de la siguiente manera:

SALSA DE CARAMELO:

Ingredientes:

2 cucharadas de azúcar * 1/2 taza de agua hirviendo * almíbar hecho con: 1/2 taza de agua y 1/2 de azúcar.

Preparación:

En una cacerolita se pone a quemar el azúcar, que deberá quedar de un color subido; se agrega entonces el agua hiriviendo y se revuelve hasta que todo el caramelo se haya disuelto en el agua. Se añade el almíbar, que se pudo haber hecho aparte previamente o que se prepara en la misma cacerolita añadiéndole otra 1/2 taza de agua y 1/2 de azúcar; hay quienes añaden en este punto unas gotas de esencia de vainilla. Con esta salsa se baña el budín y el resto se pasa individualmente en salsera.


Et voilá, así quedó el budín de Katie siguiendo la receta que le envié:

Photo ©katiemetz


*Alberto Vázquez-Prego, Así cocinan los argentinos/ How Argentina Cooks, Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 2005.

jueves, 5 de mayo de 2011

Descubriendo Holanda: la estación de los tulipanes

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Tulipanes del polder noreste en la provincia de Flevoland.
En esta época del año en Holanda el paisaje se trasnforma en un espectáculo de color: es la estación de los tulipanes! Durante los meses de abril y mayo unas 10 mil hectáreas en todo el país estallan con los colores de aproximadamente 3 mil millones de bulbos y el campo parece un enorme caleidoscopio de belleza primaveral.

En primavera, los campos parecen un gigante caleidoscopio de colores.
Los tulipanes de Holanda son famosos en todo el mundo y año tras año miles de turistas llegan para admirar los bulbos en flor durante los meses de primavera. Solamente el parque Keukenhof -el parque de flores más grande del mundo ubicado cerca de Amsterdam- recibe unos 800 mil visitantes por año atraídos por la belleza de los tulipanes.
Típico paisaje neerlandés en el Noordoostpolder, cerca de Blankenham.
Sin embargo, la mayoría de los campos de tulipanes no se encuentran en el oeste, cerca de Amsterdam, sino en la provincia de Flevoland y más concretamente en el Polder Noreste o Noordoostpolder donde se cultivan un total de aproximadamente 2.000 hectáreas.

Un mar rojo de tulipanes cerca de Bant, provincia de Flevoland.
El sábado pasado durante nuestro viaje desde Zwolle hasta el club donde mi marido practica tiro al plato todas las semanas, hicimos varias paradas y nos desviamos un poco de la ruta habitual para poder admirar y fotografiar los campos de tulipanes. No éramos los únicos: una caravana de gente iba también parando al costado del camino siguiendo la ruta de los bulbos [bollenroute] en un día precioso de sol y temperatura más que agradable.

Una granja en Blankenham, Noordoostpolder.
Si te interesa conocer un poco más las posibilidades que ofrece la provincia más joven de los Países Bajos, puedes visitar la página de la oficina de turismo: Ook Flevoland (en inglés, holandés y alemán). También la oficina de turismo en el Noordoostpolder brinca información sobre distintos eventos y atracciones en esta parte de la provincia: VVV Noordoostpolder.

Un mar de tulipanes en el Noordoostpolder, cerca de Luttelgeest.
Un campo de tulipanes en Flevoland.

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